Pared vegetal, jardines verticales, pared verde… cualquiera sea el nombre y el método de fabricación con que sea conocido, proviene de la jardinería urbana. Consiste en la re-vegetación de superficies verticales, dentro y fuera de edificios y viviendas para optimizar el aislamiento térmico y acústico o simplemente crear un espacio estético, respetando al máximo los valores ecológicos. Fachadas vegetales: funcionamiento e historia.
Ya en el año 600 a.C., con los Jardines Colgantes de Babilonia, la arquitectura y la naturaleza se ven unidas por la acción del hombre. Aunque los primeros jardines verticales surgen en Alemania, fue con Patrick Blanc cuando empezamos a ver ejemplos viables de jardines verticales. Surgen como un concepto de reverdecer paredes y azoteas, maximizando el uso del espacio. Además otorgan un valor estético y multitud de ventajas ambientales.
BASE TEÓRICA: fachadas vegetales y funcionamiento de los sistemas
La ciudad actúa como un factor modificador importante del clima local. Crea unas condiciones medioambientales concretas que podemos definir como microclima urbano. Los rasgos más sobresalientes de éste se manifiestan por un lado en un aumento de la temperatura, en la reducción de la amplitud térmica diaria. Por otro en una peculiar distribución de los vientos de la ciudad, consecuencia del rozamiento con los edificios y encauzamiento en las avenidas. A parte de un balance hídrico diferente al existente en los espacios rurales. Las causas que generan este fenómeno son complejas y están relacionadas con el balance energético en los espacios urbanos debido a:
- La sustitución de las superficies vegetales por edificios y superficies impermeables como calles, plazas, etc.
- La diferente respuesta a la absorción de los rayos solares de los materiales de acabado, debido a las características específicas como reflectancia, absortividad e inercia térmica.
- La contaminación atmosférica.
Condiciones microclimáticas urbanas
El control del las condiciones microclimáticas urbanas es fundamental tanto para la eficiencia energética y las reducciones de las emisiones. También para garantizar espacios de vida confortables para los ciudadanos. La mejora de ésta eficiencia pasa por la reducción de la demanda energética de sus edificios. Las superficies vegetales, además de revalorizar los espacios urbanos mejorando la calidad de vida de los ciudadanos, regulan estas condiciones:
- Sirven de filtros del aire y reguladores térmicos, reduciendo 8ºC la temperatura exterior.
- Reducen hasta 5 grados la temperatura interior de un edificio en verano así como la mantienen en invierno. La temperatura de un edificio con fachada vegetal es un 20% más baja que la que uno convencional.
- Mejora el rendimiento y reduce malestares de las personas que tienen vegetación en su lugar de trabajo.
- El aislante vegetal reduce hasta 10 decibelios la contaminación sonora.
- Un edificio con una fachada portadora de este sistema de 60 m² es capaz de atrapar y procesar 15 kg de metales pesados. Además filtra al año 40 toneladas de gases nocivos.
- 1 m² de cobertura vegetal genera el oxígeno requerido por una persona en todo el año.
- Al mismo tiempo contribuye a la captura de CO².
- Ahorran más del 30% del consumo energético en el interior de los edificios. Reducen el flujo térmico, crean un nuevo microclima entre la pantalla vegetal y la fachada o cubierta del edificio. Asímismo hacen que disminuya la acción del viento en las mismas.
- Reduce el efecto de isla de calor urbana, ya que refrigeran su entorno a través de la evapotranspiración. Las fachadas afectan a la reducción de temperaturas dentro del cañón urbano. Las cubiertas actúan más a nivel urbano.
- Retienen gran cantidad del agua de lluvia por lo tanto mejoran el control de la escorrentía superficial.
- Contribuyen por último a la integración arquitectónica y paisajística.
¿Qué te parecen este tipo de soluciones?.
¿Te gustaría instalarlas en tu vivienda?.
Imagen de portada: C2PECM CaixaForum Madrid, Spain© Alamy.
