El auge del consumo de productos ecológicos, unido al placer del “do it yourself“, está fomentando cada vez más el interés por nuevos sistemas de reutilización. Éstos aportan experiencias divertidas, a la par que beneficios personales. De aquí surgen ideas como la que desarrollamos en este artículo. Actualmente hay infinidad de tutoriales y guías para construir invernaderos.
Sin embargo, nos parece adecuado exponer dos de los proyectos que primero se publicaron en este campo. De este modo no se pierde el romanticismo que genera la “consolidación” de los elementos pasivos de aprovechamiento energético.
Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos (CECyTE)
El equipo formado por los estudiantes Karina Magaly Vásquez Noches, Carolina Berenice Aguilar López y Marco Antonio González Rosales, que trabajó durante más de un año para idear y preparar el proyecto.
Se trata de un cubículo de 8 metros de largo por 2.5 de ancho ensamblado con botellas de refrescos de 2.5 litros recogidos de las calles por estudiantes del CECyTE. La intención de estos jóvenes era la de rescatar, reciclar y darle uso a tanto bote de plástico tirado por las calles.
También, servir de prototipo para la producción de frutas y verduras en los patios de las casas, e incluso dar grandes producciones para su comercialización ya que es posible construirlo con las dimensiones que se precise. Además son económicos, con un costo aproximado a los 400 €, contra uno construido con el plástico industrial más sencillo que cuesta más de 4000 €.
INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria)
Llevado a cabo por los alumnos de 6º año del INTA, de la especialidad agropecuaria del CBU Y CER Rural de la localidad de Washington (Argentina), a cargo de la profesora Claudia Arbillaga.
Debe situarse en un terreno, no inundable, a pleno sol y previamente alisado o emparejado. Se hacen los pozos para colocar los postes. En este caso colocamos 3 postes para los lados más largos y dos postes para los más cortos, contando uno más para la puerta. Se clavan los postes (se entierran 0’50 m). Después se marca una zanja o canaleta en donde irán enterradas las columnas de botellas para mejorar su fijación.
Es necesario clasificar las botellas descartando las que por su tamaño no van a encajar. En la base de cada columna se coloca una botella entera, luego se encastra una nueva botella a la cual se le ha cortado la base y así sucesivamente. Cuando la columna alcanza la altura deseada, la última botella se corta donde comienza el embudo del pico, para luego insertarla en forma invertida.
Para la sujección de las columnas, se colocan entre poste y poste dos tiras de alambre bien tenso que servirán de guía. Luego, se sujetan tres tiras largas y dobles de alambre a diferentes alturas del primer poste. Una tira a 5 o 10 cm del nivel del suelo, la segunda en el medio del poste y la tercera 5 o 10 cm antes de llegar al final del poste. Estas tiras servirán para tejer las columnas de botellas.
Las columnas de botellas se van colocando enterradas unos centímetros en el suelo para lograr más estabilidad. Más tarde se coloca una y se entrecruzan los alambres que colocamos en el poste, el alambre superior, medio e inferior al mismo tiempo. Una vez colocada la primer columna, se hace lo mismo con la segunda columna. Así sucesivamente, hasta completar una pared y fijar la última columna de la pared al próximo poste.
Esta solución surge como respuesta al problema que se presenta el modelo de invernadero original. Éste no resistía la fuerza del viento y no lograba gran estabilidad. De esta forma, se construyen las paredes a medida que se van juntando botellas plásticas, se hacen las columnas y se colocan tejiéndolas.
El techo puede ser con botellas plásticas utilizando el mismo sistema de tejido de columnas. Debe armarse en el suelo y se colocará una vez armado sobre alambres guía. También puede hacerse de plástico pero lleva un gasto mayor. Para la puerta se hace un recuadro con listones de madera que se forra con plásticos transparentes, o con botellas. Después de armarla se coloca usando alambre a modo de bisagra.
Para aumentar el espacio disponible dentro del invernáculo, se pueden armar escalones o estantes de madera, o simplemente ladrillos block con una madera en la parte superior de los mismos. De esta forma los envases o cajones se ubican a diferentes niveles ahorrando mucho espacio. También se puede colocar un sistema de riego por goteo o aspersión.La durabilidad del sistema es de aproximadamente 10 años. Cuando las botellas se pongan oscuras o se rompan, se desarma la columna reemplazando las botellas dañadas y se vuelve a tejer.
Este tipo de estructuras puede realizarse tanto a nivel urbano (patio de una casa de barrio), o a nivel rural, ya que el tamaño es variable según el gusto y necesidad del consumidor. Se trata de un sistema económico y de fácil construcción. Las botellas en forma de columna permiten formar una cámara de aire que circula por dentro de la misma atemperando las condiciones climáticas y aislando mejor que el polietileno. Además, elimina del medio ambiente un material contaminante cuya degradación es prácticamente nula. La medida del invernadero en este caso es de 4 x 2’5 m, y la de los postes de 2.5 a 3.5 m. Se emplean entre 1500 y 2000 botellas, depende de cómo las ensartemos.